Preparado Para La Llegada Del Recién Nacido

Preparado Para La Llegada Del Recién Nacido

Durante los últimos meses del embarazo, mientras se espera la llegada del recién nacido, se puede aprovechar para hacerse con la ropa, cochecito de paseo, cuna y demás efectos que serán necesarios en los meses siguientes al nacimiento del bebé. Seguramente, como futuros papás ya conocéis el sexo del bebé, sabéis cuál va a ser su habitación y disponéis de más tiempo que tras el nacimiento, momento a partir del cual dedicaréis casi toda la atención al nuevo miembro de la familia.

  1. CANASTILLA

La mamá y el recién nacido necesitan pocas cosas en la maternidad, pero éstas deben prepararse al menos un mes antes de la fecha probable de parto, ya que el nacimiento puede adelantarse. Según el tipo de parto, el ingreso hospitalario durará más o menos tiempo. Por ello es importante informarse antes de preparar la bolsa que se llevará al hospital. Como orientación, puede ser de utilidad llevar:

Para la mamá:

    • 1 o 2 camisones abiertos por delante.
    • Un par de sujetadores de lactancia para poder dar el pecho al recién nacido.
    • Bragas desechables.
    • Compresas posparto.
    • Bata.
    • Zapatillas.
    • Calcetines.
    • Ropa para regresar a casa que sea fácil de poner y quitar, amplia y cómoda.
    • Bolsa de aseo: cepillo y pasta de dientes, gel, champú, peine, desodorante, jabón, crema hidratante, etc.
    • Discos protectores de lactancia.

Para el recién nacido:

Según la época del año en la que se produzca el parto, la ropa que necesita el bebé puede ser diferente. A los recién nacidos les cuesta regular la temperatura corporal, por ello inicialmente conviene cubrir los brazos con mangas largas, los pies con calcetines y la cabeza con un gorro de algodón, independientemente de la época del año que sea. Se recomienda elegir ropa con velcro (fácil de poner y quitar), evitando botones, cremalleras o lazos para no molestar al recién nacido.

    1. Bodys, pijamas, calcetines o patucos y gorrito (mejor de algodón) para unos 3-5 días. A veces pueden ser necesarias manoplas, para que el bebé no se arañe la cara.
    2. Pañales de la talla recién nacido, toallitas infantiles para pieles sensibles y crema protectora para el culito.
    3. Toquilla, arrullo o mantita para la salida de la maternidad.
    4. Sillita o cuco, cochecito…
    5. Baberos.
  1. HABITACIÓN DEL BEBÉ

Durante los primeros meses es recomendable que el bebé permanezca en la habitación de los padres, donde podéis ubicar un moisés de base ancha y suficientemente estable para evitar el riesgo de que pueda volcar; de fondo resistente para soportar el peso del bebé; con una estructura en buen estado; en el caso de que lleve cintas u otros adornos, deben estar bien sujetos y fuera del alcance del bebé y sin almohada, ya que hay riesgo de asfixia.

Aún así, podéis preparar su nueva habitación, que será el espacio donde jugará y dormirá, diferenciándose una zona del cuarto para cada acción. Si es posible, ubicad la habitación próxima a la vuestra.

Conviene distribuir los muebles dejando suficientes espacios libres, para que el niño pueda jugar, consiguiendo un cuarto funcional y práctico, que vaya adaptándose al crecimiento del bebé. En la decoración debe primar la seguridad, retirando los objetos pequeños y protegiendo las aristas de los muebles.

Inicialmente, evitad recargar la habitación. Bastará con una cuna, un cambiador y un armario. Cuando el bebé crezca podéis añadir un juguetero y una mesa con sillas. Los materiales deben ser naturales, con pinturas atóxicas, fáciles de limpiar y lavar. Será mejor emplear colores neutros para la habitación, creando un cuarto alegre y cálido, dejando los más vivos para los niños más mayores.

La temperatura debe oscilar alrededor de 22 ºC durante el día y alrededor de 18 ºC por la noche.

La iluminación puede ser de dos tipos: una en el centro del techo y otra desde alguna de las paredes laterales del cuarto. Sería conveniente utilizar reguladores de iluminación, muy útiles para los cuidados del bebé durante la noche. Se debe aprovechar la luz natural, utilizando cortinas ligeras y claras.

Para los siguientes meses:

  • Cuna

La cuna es imprescindible en la habitación del bebé, será su espacio de descanso. Debe ser amplia y confortable, homologada, estable, con formas lisas o redondeadas que garanticen la seguridad. Los barnices, pinturas o decoraciones utilizados en su fabricación no deben ser tóxicos.

La cuna debe colocarse en una esquina o rincón de la habitación, lejos de fuentes de calor o frío excesivas, así como de la ventana, evitando la exposición a corrientes de aire. No debe situarse bajo cuadros o estanterías. Nunca hay que colocar cerca de la cuna objetos que puedan caerse sobre el bebé y tampoco hay que adornar la cuna con cintas que supongan un peligro para éste. Los juguetes deben estar fuera de la cuna.

La cuna debe tener una altura interna mínima de 60 centímetros, es decir, desde el punto más profundo de la cuna hasta el punto más alto de la barandilla. Por otra parte, la distancia mínima entre el punto menos profundo hasta la barandilla deberá ser de un mínimo de 30 centímetros.

Puede tener dos o más ruedas, de las cuales, al menos dos se deben poder bloquear.

Si tiene barrotes, la separación entre ellos debe ser de entre 4,5 y 6,6 centímetros, con el fin de evitar que el bebé introduzca la cabeza o alguna extremidad entre ellos y pueda quedar atrapado. Entre el colchón y los bordes de la cuna no debe haber un hueco de más de 2 centímetros por cada lado.

El colchón debe ser duro, evitando que el bebé se hunda en él, resistente y transpirable. Sus medidas deben ser adecuadas a la cuna, ya que un colchón pequeño puede dejar huecos atrapando una pierna o brazo del bebé. Puede ser de muelles, látex o viscoelástica. Sería conveniente introducir el colchón en una funda con cremallera y un protector de colchón. Actualmente existen fundas y colchones antiácaros y colchones de relleno hipoalergénico.

Hasta los dos años se desaconseja la almohada por riesgo de asfixia. A partir de esta edad, puede utilizarse una muy plana.

  • Bañera y Cambiador

El cambio del pañal y el baño, además de ser momentos de higiene, son una ocasión ideal para que el bebé pueda sentir los mimos y cuidados de los padres. Ambas acciones deben realizarse con seguridad.

La bañera debe ser resistente, con una estructura estable, realizada con materiales no tóxicos. No debe tener partes puntiagudas que puedan provocar daños al bebé ni orificios de un diámetro que permita introducir el dedo del niño, así como espacios entre los diferentes elementos.

La forma de la bañera debe facilitar al niño la posición de sentado, reduciendo el riesgo de resbalar bajo el agua.

Existen diferentes modelos, pudiendo encontrar dos en uno: bañera y cambiador. Muy útil si tenéis poco espacio en casa.

Los cambiadores deben cumplir las normas de seguridad establecidas por ley, evitando que el niño pueda rodar y caerse o pillarse los dedos con huecos o tapas del cambiador. Si tiene ruedas debe contar con un freno que evite los deslizamientos. La altura del cambiador debe ser la adecuada para que los padres accedan al bebé con comodidad.

El bebé nunca debe estar solo en la bañera ni sobre el cambiador, ya que puede caerse si no está vigilado.

  • Trona

La trona es muy importante en los primeros años del niño, sobre todo a la hora de comer. Favorece que el niño aprenda poco a poco a comer solito, pudiendo
utilizarse a partir de los seis meses, cuando es capaz de mantenerse sentado por sí solo. Con la trona será más fácil dar las papillas y los primeros alimentos
sólidos al bebé.

Las tronas pueden ser de plástico (sólidas, higiénicas y bastante ligeras), de madera o de una combinación de plástico y acero. Las partes acolchadas deben ser de algodón u otro tejido natural que favorezca la transpiración.

El asiento de la trona debe ser amplio y cómodo para que el niño se siente. El respaldo también debe ser cómodo y acolchado, algunos permiten reclinarse y otros no.

El número de ruedas puede variar. Si tiene cuatro, dos de ellas deben tener frenos. Si carece de ruedas, debe presentar un sistema antivuelco. Los cantos deben ser redondeados y no dejar huecos donde el niño pueda pillarse los dedos.

El niño debe poder sujetarse mediante correas que permitan sus movimientos garantizando su seguridad.

El manejo en cuanto a la apertura, cierre, regulación de altura y desplazamiento de la trona debe ser fácil. Podemos diferenciar dos tipos de tronas:

    • Fijas: en ellas no se puede regular la altura ni la inclinación del asiento. Ventajas: ocupan poco espacio, la mayoría se pueden plegar, son las más baratas y fáciles de manejar. Inconvenientes: no se pueden adaptar al tamaño del niño a medida que éste va creciendo.
    • Regulables: disponen de varias posiciones que permiten regular la altura y el respaldo. La mayoría llevan ruedas con freno para poder desplazarlas con facilidad. Ventajas: son cómodas para el niño porque suelen estar acolchadas y, al ser ajustables, pueden servir hasta los 3 años. Inconvenientes: ocupan mucho espacio (aunque se pueden plegar) y son más caras.
  • Cochecito y Silla de Paseo

Actualmente existen multitud de cochecitos que, sobre un mismo chasis, pueden adaptar el capazo, el asiento y la silla de seguridad mediante un cambio de accesorios. El número de ruedas puede variar entre 3 y 4, pudiendo ser dobles o sencillas, giratorias o fijas, con variedad en tamaño incluso en el mismo cochecito.
Es conveniente considerar varios aspectos a la hora de elegir el cochecito ideal:

    • Para la ciudad: si utiliza con frecuencia el transporte público y su vivienda es pequeña: cochecito de ruedas pequeñas y giratorias que se muevan con facilidad, y ocupe poco espacio.
    • Para pasear por el campo: silla todoterreno de 3 ruedas.

El capazo debe ser rígido y acolchado, con materiales desenfundables y lavables. Debe tener un tamaño adecuado al bebé, siendo importante los meses que probablemente pase en él según la época del año en la que nazca.

El chasis debe ser resistente, fácil de plegar y que ocupe poco espacio. Según por donde vayáis a pasear frecuentemente, deberéis valorar un tipo u otro de rueda. Los frenos pueden activarse con el pie o desde el manillar.

  • Silla de Automóvil: Sistema de Retención Infantil (SRI)

Todo niño debe viajar en automóvil sujeto a una silla de seguridad acorde a su peso y estatura. La edad es un dato orientativo.

Las sillas deben estar homologadas: deben tener una etiqueta que lo certifique, especificando los siguientes datos: marca y nombre del fabricante, norma de referencia, peso autorizado del niño, número de homologación, número progresivo de producción desde que se concedió la homologación, leyenda que indique la compatibilidad de la silla con los vehículos (universal, universal isofix, semiuniversal o específico), código internacional que indica el país que ha concedido la homologación, correspondiendo la E a Europa y el número al país.

La normativa de seguridad vial especifica que todas las personas con una estatura inferior a 135 centímetros deberán utilizar obligatoriamente un dispositivo de retención homologado adaptado a su talla y peso.

Los SRI se clasifican en cinco grupos:

    • Grupo 0 (de 0 a 10 kg): capazos de seguridad para los recién nacidos. Se colocan en sentido transversal en los asientos traseros. El sistema va sujeto con los cinturones de seguridad. En el interior del capazo hay arneses para retener al bebé, que va tumbado y con la cabeza hacia el interior.
    • Grupo 0+ (de 0 a 13 kg): pueden utilizarse hasta aproximadamente el año de vida. El bebé va sujeto mediante arneses. Pueden colocarse en el asiento delantero o trasero, pero siempre en sentido contrario a la marcha. Si se colocan en el asiento del copiloto es obligado desconectar el airbag, ya que su activación lesiona e incluso puede asfixiar al bebé. En esta colocación también se debe retrasar al máximo el asiento con el fin de alejar al bebé del salpicadero. Si se colocan en los asientos posteriores, utilizaremos el central para minimizar las posibles lesiones en una posible colisión lateral. La silla se fija al automóvil con el cinturón de seguridad, y el bebé va sujeto por un arnés de 5 puntos.
    • Grupo 1 (de 9 a 18 kg) y grupo 2 (de 15 a 25 kg): deben colocarse en los asientos traseros, en el sentido de la marcha del vehículo, o en el delantero sin airbag. Se ancla al automóvil mediante el cinturón de seguridad o anclajes isofix.
    • Grupo 3 (de 22 a 36 kg): deben colocarse en los asientos traseros, en el sentido de la marcha del vehículo o en el asiento delantero sin airbag.

Los tipos de anclaje de la silla pueden variar pero, en cualquier caso, un montaje incorrecto no garantiza la seguridad del niño ni de los acompañantes. Siempre debemos comprobar que la silla esté bien anclada al asiento del coche y que no se mueve nada, incluso en aquellos viajes en los que no está siendo utilizada.

El sitio más seguro para instalar la silla es la parte central de los asientos traseros pero si no es posible colocarla allí, utilizaremos el asiento trasero que corresponde a la acera de la calzada para facilitar a los padres las tareas de atar y desatar al niño. En todos los casos, la opción menos segura es el asiento delantero (con airbag desconectado).

  • Chupete

El chupete puede recomendarse a partir del mes de vida, siempre que ya se haya establecido la lactancia materna, ya que se ha observado que puede reducir el riesgo de muerte súbita.

El chupete debe cumplir unos requisitos de seguridad regulados por la normativa europea NF S 54-003:

    • La tetina debe tener una longitud igual o inferior a 30 mm.
    • El cuello de la tetina debe ser mucho más grande que la boca del niño e incluir un orificio para el paso del aire.
    • La anilla no debe separarse de la tetina aunque se ejerza una fuerte tracción.
    • Es necesario prestar atención al riesgo de asfixia, ya que la tetina podría quedarse al fondo de la boca, obstruyendo la vía respiratoria.

Los chupetes pueden ser de látex o de silicona. Los de látex o goma natural son resistentes, blandos y elásticos. Con el uso pueden hincharse y absorben olores. Los de silicona son también blandos y elásticos pero no absorben olores ni sabores y su forma se mantiene inalterable.

Antes de su primer uso es necesario esterilizarlo en frío o en agua hirviendo. Debe guardarse en un chupetero limpio y seco. Es conveniente sustituirlo en uno o dos meses. No se debe impregnar la tetina en sustancias dulces o jarabes que favorezcan las caries.

El chupete ideal debe provocar la menor apertura bucal, ejercer la menor presión sobre el paladar y tener una superficie de contacto con éste lo más parecida a la lengua. Es más seguro que sea de una sola pieza.

El riesgo de malformaciones bucales aumenta si se ejerce una presión más o menos constante durante seis horas diarias, aproximadamente. El tiempo que el bebé utilice el chupete, junto a la fuerza que el pequeño aplique en la succión, marcarán la diferencia. Los efectos perjudiciales que ejerce sobre la correcta alineación de los dientes son pasajeros, siempre y cuando el chupete deje de utilizarse antes de los tres años de edad.

Nunca se debe utilizar una cuerda o collar alrededor del cuello para sujetar el chupete, dado el riesgo de asfixia que supone.

baby, hand, newborn-200760.jpg