Amamantar: ¡Lo estás haciendo bien, Mamá!
¡Felicidades por la llegada de su recién nacido! Recibir a un pequeñín puede ser emocionante y agotador a la vez. Ya sea que elija amamantar exclusivamente o no, sepa que cada onza de leche materna que le dé a su bebé es un maravilloso regalo que le ayudará a crecer y a desarrollarse.
Amamantar ayuda a los bebés
La leche materna les proporciona a los bebés mucho más que nutrición. Así que, cada vez que le da el pecho a su bebé, usted aumenta los beneficios que él o ella recibe. A la primera leche de la madre, el calostro, muchas veces se le llama «oro líquido» por todos los beneficios de salud que ofrece. No solo provee nutrientes, sino también poderosos anticuerpos que evitan que el bebé se enferme. Es como la primera vacuna de su bebé. Los bebés amamantados se enferman con menos frecuencia y tienen menos infecciones respiratorias y de oído. Son menos propensos a resfriados o gripe, y los bebés amamantados tienen un riesgo 36% más bajo de Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SIDS, por sus siglas en inglés). A medida que crecen, la leche materna protege a los bebés contra la leucemia infantil, así como contra la diabetes, la obesidad y la hipertensión.
Su cuerpo produce leche materna especialmente para su bebé, y su leche materna incluso se ajusta con el tiempo para cubrir las cambiantes necesidades de su bebé. La leche cambia en una misma sesión de alimentación y también con el tiempo mientras el bebé va creciendo. Las proteínas en la leche materna son suaves para el estómago del bebé, por lo que son menos propensos a tener problemas digestivos como gases, estreñimiento y cólicos.
Se ha demostrado también que amamantar hace que los bebés sean más inteligentes. Los bebés amamantados tienen cocientes de inteligencia (IQ, por sus siglas en inglés) más altos y les va mejor en la escuela.
Beneficios para las mamás
Amamantar no solo es bueno para los bebés, sino también para las mamás. Durante la lactancia se liberan hormonas que relajan a la madre y ayudan a establecer lazos estrechos con el bebé, y amamantar también la ayuda a dormir más porque no tiene que estar preparando ni calentando biberones. Hay otras maneras en las que amamantar puede ayudar a mantener a la mamá saludable. La lactancia de hecho reduce el riesgo de la madre de contraer cáncer del seno y de los ovarios, enfermedades del corazón y diabetes. Amamantar es como una sesión de ejercicios, pues quema alrededor de 600 calorías al día y causa contracciones que encogen el útero para llevarlo al tamaño que tenía antes del embarazo, por esto las madres que dan pecho tienden a recuperarse más rápido.
Además está el factor económico. Amamantar durante un mes puede ahorrar entre $75 y $200 en fórmula, sin incluir el costo de los biberones y chupones. Durante un año, esa cantidad puede sumar ahorros entre $900 y $2,160.
La función del papá
Mientras usted y su pareja se ajustan a su nuevo rol de padres, hay mucho que los papás pueden hacer para tener un efecto positivo en la lactancia. Los papás o parejas que brindan apoyo pueden ayudar a las mamás a amamantar por más tiempo, lo que aumenta los beneficios de salud para la mamá y el bebé.
Como papá o pareja, usted puede abogar enfáticamente para que la mamá pueda amamantar al bebé y para que tengan contacto piel con piel durante la primera hora después del parto, en la Hora Sagrada. Este es un periodo importante para que su bebé obtenga el calostro rico en nutrientes y logre un buen comienzo para la lactancia. Incluso los bebés que nacen por cesárea pueden y deben tener contacto piel con piel. Y el tiempo de piel con piel con el bebé no es solo para las mamás, es también para su pareja. Pase mucho tiempo de piel con piel cargando a su bebé contra su pecho desnudo.
Mientras la mamá se recupera, usted puede ayudar a reconocer las señales tempranas de hambre, como hacer ruido con los labios, frotar con la nariz o buscar el pecho, mover las manos hacia la boca o hacer movimientos de succión. Es más fácil lograr que los bebés se agarren del seno cuando muestran primero estas señales.
Por supuesto, su trabajo más importante es animar y proteger a la mamá. Puede darle mucho ánimo y asegurarse de que ella y el bebé tengan mucho tiempo privado para amamantar y descansar. Puede controlar el flujo de visitantes y cargar al bebé después de que coma para que la mamá pueda descansar. ¡Buen trabajo!
Cómo aumentar el suministro de leche
Muchas mamás tienen la preocupación de si su cuerpo producirá suficiente leche para alimentar a su bebé, pero si amamanta cada vez que su bebé tenga hambre debería aumentar el suministro de leche. Amamantar funciona por oferta y demanda, así que mientras más amamante más leche producirá el cuerpo.
- Amamante en la primera hora. Amamantar o extraer el calostro manualmente en la primera hora después del nacimiento del bebé le da la señal al cuerpo para comenzar a producir leche.
- Déjese llevar por su bebé. Vigile las señales tempranas de hambre y amamante a su bebé siempre que parezca que tenga hambre, aunque haya comido recientemente. Es normal que los bebés pasen por periodos en los que quieran comer varias veces en una hora. Esto se llama «sesiones de tomas frecuentes».
- Ofrézcale al bebé ambos senos durante cada sesión. Asegúrese de que el bebé esté tomando la leche en forma eficiente y vaciando cada seno. Cambiar de una sesión a otra el seno que le ofrece primero puede ayudarle a producir más leche.
- Evite los biberones y los chupones. Si el bebé está succionando un chupón, quizás usted no note las señales de hambre y pierda la oportunidad de alimentar al bebé, así como de aumentar el suministro de leche.
- Obtenga apoyo para la lactancia. Si tiene dolor o dificultad para amamantar, no sufra. Hay muchos recursos de ayuda gratis y a bajo costo, desde consultoras de lactancia y madres consejeras hasta apoyo para amamantar gratis en los hospitales.
- No sea dura consigo misma si la lactancia no funciona para usted. ¡No tiene que amamantar para ser una excelente mamá!
Amamantar en público
Los bebés deben comer siempre que tengan hambre, y a veces eso puede ocurrir cuando no están en casa. Muchas mamás nuevas se ponen nerviosas si tienen que amamantar en público, pero la verdad es que la gente ni se da cuenta. Y aun si alguien se diera cuenta, las leyes dicen que las mamás tienen el derecho a alimentar a sus bebés en cualquier lugar, en cualquier momento.
Si sabe que va a salir, planifique y vista ropa con fácil acceso a su pecho, como una blusa con botones que pueda abrir o una camisa holgada que pueda subir y bajar fácilmente. Escoja ropa cómoda que sea fácil de ajustar. Puede escoger el nivel de privacidad que desee. No tiene que cubrirse, pero las mamás que desean más privacidad pueden cargar a su bebé en un portabebés o canguro o cubrirse con una manta suelta sobre el hombro.
Cuando esté lista para alimentar a su bebé, puede sentarse donde esté más cómoda. Muchas tiendas tienen lugares designados para amamantar y cambiarle el pañal al bebé. Tenga en cuenta que esto puede requerir práctica, pero no se rinda. La primera vez que amamante en público se puede sentir un poco incómoda, pero trate de enfocarse en el rostro de su bebé en lugar de la gente que le rodea. ¡Usted lo puede hacer! Mientras alimenta al bebé, se relajará y podrá amamantar con mayor facilidad. Si se pone nerviosa, practicar en casa frente a un espejo puede ayudarle a sentirse más confiada.
Cómo usar el sacaleches y almacenar la leche materna
Una vez se establezca su suministro de leche, puede comenzar a usar el sacaleches para tener un suministro adicional de leche. Esto puede ser útil mientras se prepara para regresar al trabajo o pasar tiempo lejos de su bebé. Durante la primera semana más o menos, use el sacaleches eléctrico una vez al día. Intente usar el sacaleches a la misma hora todos los días. Comience usándolo en ambos senos a la vez con una succión baja y aumente la succión una vez que la leche comience a bajar. Masajear los senos con las manos puede ayudar a que salga la leche. Muchas mamás notan que su producción de leche es mayor si usan el sacaleches por la mañana. Usar el sacaleches cerca de su bebé o pensando en su bebé puede ayudar a aumentar la producción.
Refrigere la leche tan pronto pueda. Puede almacenar la leche materna en las porciones que el bebé consuma en cada toma, por lo general entre 2 y 4 onzas. Puede almacenar la leche materna en bolsas estériles en el congelador o en frascos plásticos o de vidrio con tapa de rosca. Recuerde rotular las bolsas o frascos con la fecha en que extrajo la leche para usar la más antigua primero.
No se preocupe por las variaciones de color. Es normal que la leche se vea blanca, azul, amarilla, rosada o con tonos de color café, dependiendo de lo que usted haya comido. Además, no se preocupe si la leche se separa en el refrigerador. Es natural que la parte de la leche que contiene grasa suba a la superficie y tenga que agitar levemente la leche para mezclarla antes de dársela a su bebé.
Usar el sacaleches no debe causar dolor. Si le duele, llame a su proveedor de atención médica o a una consultora de lactancia para pedir ayuda y apoyo con la lactancia.
Regreso al trabajo
Regresar a trabajar no quiere decir que tiene que dejar de amamantar. Hacer un plan y prepararse para la transición hará que este proceso sea más fácil para usted y su bebé. Sepa que esos primeros días de regreso al trabajo son los más difíciles, pero con el tiempo será más fácil.
El primer paso es hablar con su empleador. Comuníquese con su jefe con tiempo para hacer un plan. Avísele que está amamantando y que necesitará tener un lugar privado para usar su sacaleches. La ley dice que los empleadores deben ofrecerles a las mamás un lugar privado para usar el sacaleches tan a menudo como sea necesario. También puede recordarle a su jefe que los bebés amamantados se enferman menos, lo que significa que usted se ausentará menos.
Muchas mamás prefieren alimentar a sus bebés justo antes de dejarlos en la guardería o con la niñera y tan pronto los recogen. Mientras esté lejos de su bebé tendrá que usar el sacaleches cada vez que al bebé le toque comer. La mayoría de las mamás usan el sacaleches una vez a media mañana, a la hora del almuerzo y otra vez en la tarde. Trate de no saltarse ninguna de estas sesiones porque el suministro de leche se podría afectar. Luego de extraer la leche, guárdela en un refrigerador o en una hielera pequeña con bolsas de hielo.
Antes de regresar al trabajo, puede pedirle a su pareja o a un amigo que practique darle a su bebé un biberón con leche materna extraída de su suministro de leche. Simplemente haga lo mejor que pueda cuando regrese al trabajo. Durante los fines de semanas y los días libres, alimente a su bebé tan a menudo como él o ella quiera. Alimente a su bebé cuando lo pida, siguiendo sus señales de hambre. Esto ayudará a mantener un buen suministro de leche. Algunas mamás necesitan complementar con fórmula, y eso está bien. Cualquier cantidad de leche materna ayuda a fortalecer el sistema inmunológico del bebé.
Cómo pedir ayuda
Durante estos primeros meses puede ser muy difícil balancearlo todo. No sea dura consigo misma y recuerde cuidarse. El apoyo durante la lactancia y el autocuidado son clave para su bienestar.
Descanse siempre que pueda. Cuando su bebé duerma, usted también debe tratar de dormir. Incluso una siesta de 90 minutos puede ayudarle a sentirse más descansada. Tómese un respiro y enfóquese en usted y en su familia durante este tiempo tan especial. También puede contar con la ayuda de sus amigos y familiares. ¡Este es el momento de aceptar la ayuda de todas esas personas que se han ofrecido a ayudarle! Permita que vayan al supermercado por usted, que doblen una tanda de ropa o que cuiden a sus hijos mayores.
Siga haciendo tan buen trabajo y sepa que no está sola, muchas otras mamás están pasando por lo mismo. Hablar con otras mamás de bebés de la misma edad que el suyo puede ser muy reconfortante. Los grupos de mamás son una excelente manera de conocer a otras mamás. Haga lo mejor que pueda y recuerde que cada onza de leche materna cuenta, así que dele a su bebé lo que pueda y disfrute esta etapa como nueva mamá.